Según la Biblia el profeta Moisés (aprox. 1250 a.C) recibió directamente de manos de Yahveh, "escritas con su dedo", una lista de órdenes o mandamientos que los israelitas debían respetar. El nombre decálogo, con que suelen designarse, procede de la fórmula griega δεκάλογος (dekalogos, diez palabras) con que se citan en la Septuaginta, la versión griega tradicional, tanto en Éxodo 34:28, como en Deuteronomio 10:4.
         Según las escrituras, Moisés estuvo en el monte cuarenta días y cuarenta noches y en ellos le dio Dios escritos en dos tablas de piedra los diez Mandamientos. Cuando bajaba, vio al pueblo que estaba adorando al becerro de oro y enfadado las rompió. Pero posteriormente, volvió a subir y pidió a Dios que perdonase al pueblo y sellase con él la alianza. Entonces, el Señor pidió a Moisés que tomase dos planchas iguales de piedra y en ellas le mandó escribir o escribió las diez palabras de la alianza.



 

PRIMER MANDAMIENTO
 
Amaras a Dios sobre todas las cosas
 
No adoraras imágenes talladas o cualquier cosa, siempre a Dios arriba. El Primer Mandamiento responde a la necesidad que tiene el hombre de creer, de esperar, de amar. Saber que existe un Ser Supremo que lo ha creado, que le brinda seguridad, que lo ama desde siempre y para siempre. El hombre es un ser que, así como necesita comer y dormir, también necesita creer en algo o en alguien superior que responda a sus interrogantes. A lo largo de la historia de la humanidad podemos constatarlo. No ha existido ninguna cultura en la que las divinidades no se hagan presentes: Zeus, Júpiter o Quetzalcóatl. El hombre es un ser religioso por naturaleza. El Primer Mandamiento no lo inventó Dios cuando le entregó las tablas a Moisés. Está escrito en el corazón del hombre desde siempre. Dios puso esta necesidad en el hombre al crearlo a su imagen y semejanza y sabe que Él es la única respuesta. Por esto, le da un mandato al hombre: "Amarás a Dios sobre todas las cosas", no porque Dios necesite ser amado, sino porque el hombre necesita amar a Dios. Esto quiere decir que Dios debe ser lo más importante en tu vida. Hay que amarlo, respetarlo, vivir cerca de Él con la oración y sobre todo ¨cumplir su voluntad¨ en tu vida, o sea hacer lo que El te pida. Cristo es quien vino a enseñarnos con su vida, el modo en que debemos actuar para amar a Dios. ¿Qué significa sobre todas las cosas? Que debes cumplir lo que a Dios le gusta MÁS QUE cumplir lo que a ti te gusta; que no te importe el trabajo que te cueste, lo que tengas que dejar, lo que la gente diga; que solo te importe hacer lo que Dios quiere .
 
SEGUNDO MANDAMIENTO
 
No tomaras el nombre de Dios en vano
 
No juraras en vano. Este mandamiento tiene un significado más obvio: trata de evitar usar la palabra 'Dios' en situaciones que no lo merecen. Aparte de esto, significa que debes tener cuidado de no transformar a Dios en un medio en vez de en un fin (usarlo), utilizar el concepto de Dios para obtener cosas de otros (a nombre de o para cosas sagradas) o para evitar hacer cosas por otros, como cuando dices que no ayudarás a nadie porque no eres la caridad o la Divina Providencia. Este mandamiento manda respetar el NOMBRE DE DIOS y respetar también todas las COSAS SAGRADAS (como por ejemplo la Iglesia y lo que hay y lo que hay en ella, los sacerdotes...) No es correcto decir ¨te lo juro por Diosito Santo que...por cualquier tontería. Las promesas en nombre de Dios son cosa muy seria. Jurar en falso sería tomar a Dios por testigo de algo que no tienes intención de cumplir o que después de prometerlo te hechas para atrás.
 
TERCER MANDAMIENTO
 
Santificaras las fiestas
 
Lo que se hace cada año, recordar la muerte de Jesús atreves de una interpretación o fiesta como el camino a la cruz y todo eso de que hay que ir a misa y cantar y orar por la vida, la paz, la llegada del mesías y todo eso. La Iglesia, en su esfuerzo por ayudar al hombre, establece un mínimo indispensable que consiste en asistir a Misa y no realizar trabajos que impidan el culto a Dios o el debido descanso. "Santificar las fiestas" es dar un sentido de unión con Dios al descanso merecido y a la necesaria convivencia familiar. En tu tiempo de descanso debes tener siempre dos prioridades: la atención a tu familia y las cosas de Dios. La atención a la familia es importantísima, pues en los días de trabajo, hoy en día, sabes que es muy difícil que todos los miembros de la familia puedan estar reunidos, debido a los diferentes horarios de estudio y trabajo y a las diversas actividades que cada miembro debe realizar. Es necesario aprovechar los fines de semana para platicar, convivir y conocerse mutuamente. El cultivo del espíritu, la atención a las cosas de Dios, se hace necesario, como ya dijimos, en un mundo en el que todo pasa de prisa. Los domingos y días de fiesta debemos aprovecharlos para conocer más a Dios y saber qué vamos a hacer para alcanzar la felicidad eterna. Lo ideal es inventar actividades en las que se reúnan las dos prioridades, como puede ser ir al campo para admirar la Creación, leer juntos una frase del Evangelio, visitar en familia a alguna persona enferma o necesitada. Esto significa que debes dedicar a Dios el día DOMINGO y los días de fiesta de la Iglesia. ¿Además de los domingos , ¿En qué otros días del año nos obliga la misa?
a)        El 1o. de enero, en que festejamos la maternidad divina de la Virgen.
b)       El jueves de Corpus Christi, en que festejamos el día de la Eucaristía.
c)        El 12 de diciembre, día de nuestra patrona y amada Virgen de Guadalupe, madre de todos los mexicanos.
d) El 25 de diciembre, día de Navidad.

 
CUARTO MANDAMIENTO

Honraras a tu padre y a tu madre
 
Respetar a tus padres. Este mandamiento es muy especial porque es el único que carga una promesa: "Honrarás a tu padre y a tu madre, para que vivas una larga vida y te vaya bien en la tierra que te da el Señor tu Dios." ¿Qué significa? Básicamente, significa que debes obedecer a tus padres cuando eres joven y estés bajo su cuidado. También significa que debes cuidar de ellos cuando estés mayor y ya les veas ancianos. Hay, sin embargo, una cosa más acerca de este mandamiento que la mayoría de las personas olvida considerar: Tus padres te han dado un nombre y un apellido y el respaldo de una familia. También debes honrarles a ellos en tu vida diaria. Esto quiere decir que debes AMAR a tus padres, porque Dios te los ha dado, y SER AGRADECIDO con ellos porque les debes la vida.
 
QUINTO MANDAMIENTO
No mataras
                                                                 
Nadie tiene derecho a quitar la vida. No has tomado la vida de nadie. Correcto, pero este mandamiento implica más que esto. No matarás quiere decir algunas otras cosas. Con este mandamiento, Dios nos exige no ser violentos, no ser lujuriosos, no ser codiciosos, no dejar a otros abandonados cuando están en problemas, no ser indiferentes con el dolor ajeno y no tratar a las personas como objetos manipulándolos, usándolos, chantajeándolos o jugando con ellos. Todos hemos nacido libres y así debemos morir. Más específicamente, este mandamiento obliga a ser responsable con tus acciones. No debes comportarte temerariamente, no debes consumir drogas, no debes aplicar la eutanasia, no debes abortar al niño en tu vientre, no debes destruir la reputación de nadie, no debes maltratar a nadie con chismes o críticas repetitivas. Es más, no debes ni siquiera contemplar la posibilidad de ejecutar estas acciones bajo ninguna circunstancia.

Es pecado mortal el ABORTAR, que no es más que MATAR a tu propio hijo, a una criatura que ni siquiera puede defenderse y que, por pequeñito que sea, ya tiene un ¨alma¨ y ya es hijo de Dios.
Es también pecado contra este mandamiento, el suicidarse.
Este mandamiento pide:
a)      Respetar tu propia vida y salud; por esto no debes beber alcohol en exceso y está totalmente prohibido contaminarte con drogas.
b)      Respetar la vida de los demás; por lo que prohíbe la guerra, la tortura, el terrorismo, el secuestro y cualquier acto que atente contra vida de las personas.
 
SEXTO MANDAMIENTO

No cometerás actos impuros
 
Prostitución, sexo desenfrenado o por placer, pues el objetivo del sexo es la procreación; holgazanear, aquí entrarían los siete pecados. Dios es amor. Un misterio de comunión. Creó al hombre y a la mujer a su imagen. Con vocación, capacidad y responsabilidad de amor y comunión. La diferencia y complementariedad física, moral y espiritual están orientados hacia los bienes del matrimonio y al desarrollo de la vida familiar. La armonía de la pareja y de la sociedad depende en la manera en que se viva esa relación. Cada uno (hombre y mujer) tienen la misma dignidad y son de manera distinta imagen de Dios. La sexualidad abraza todos los aspectos de la persona humana, en la unidad de su cuerpo y alma. Envuelve la afectividad, la capacidad de amar, de procrear. Implica la aptitud de establecer vínculos de comunión con otro. Debemos apreciar y respetar nuestra identidad sexual. La unión del hombre y la mujer en el matrimonio es una manera de imitar en la carne la generosidad y la fecundidad de Dios.

Jesús vino a restaurar la creación en la pureza de sus orígenes.
Mt 5,27-28
Sermón de la Montaña: "Habéis oído que se dijo: "No cometerás adulterio".
Pues yo os digo: “Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón”.
Mt 19, 6 "Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre"
 
La Tradición de la Iglesia ha entendido el sexto mandamiento como referido a la globalidad de la sexualidad humana.
Este mandamiento incluye varias cosas, y hay que ser muy claros:
 
Las principales ofensas a la castidad son: la lujuria, la masturbación, la fornicación y la pornografía, la prostitución, la violación y las prácticas homosexuales.
 
Son pecados mortales también:
El adulterio, o sea tener relaciones con otra persona que no sea nuestro esposo o esposa.
El tener más de un esposo o esposa.
El abusar sexualmente de cualquier persona y peor de nuestros hijos.
El vivir y tener relaciones sexuales con alguien antes de casarse por la Iglesia.
El divorciarse y volverse a casar con otro.
 
 
SEPTIMO MANDAMIENTO

No robaras
 
No tomaras lo que no es tuyo. Nuevamente, este mandamiento significa mucho más que simplemente sustraer las posesiones de otra persona. Robar, estos días, incluye robo, suplantación, secuestro, fraude, soborno, abuso de la ignorancia o debilidad de otra persona, pago explotador por el trabajo, exigir más de lo que había sido acordado sin pagar más o como condición para pagar lo que había sido pactado, subir el precio a la gente que está obligada a utilizar cierto servicio, la flojera, la negligencia, la impuntualidad, el entorpecimiento deliberado, el crear puestos o oficinas 'fantasma', el abuso de la propiedad pública y la corrupción. Pero Dios nuevamente utiliza este mandamiento para prevenirnos. Robar está mal, pero no compartir está mal también. Mucha gente lucha entre morir y no morir de hambre mientras otros disfrutan de botellas de whisky día tras día o cada que se encuentran con sus amigos. Que respetemos y cuidemos todo lo que Dios ha creado como la naturaleza, los animales, etc. No dañar voluntariamente los bienes de otras personas. Cumplir muy bien con nuestro trabajo o empleo.

OCTAVO MANDAMIENTO

"No dirás falto testimonio ni mentiras
 
Nada de mentiras. Éste es definitivamente el mandamiento quebrado con mayor frecuencia. Mentir viene del miedo, y el miedo es una forma de probar nuestra ignorancia o nuestra debilidad... pero, ¿por qué mentimos, para comenzar? 99% de las veces, mentimos para evitar las consecuencias negativas de algo que hemos hecho o queremos hacer. Pero mentir incluye más que simplemente decir algo que no es verdad. La hipocresía, la maledicencia, ser pomposo, traicionero o seductor, prometer cosas que no queremos cumplir y la falsificación también son formas de mentira. Mas la vieja escuela nos previene de las dos más peligrosas mentiras en las que podemos caer: hay miles de personas que viven mintiéndose a sí mismas, y hay miles de personas que viven tomando como verdad todo lo que escucha, leen o ven en los medios de comunicación. Si lo piensas bien, gracias a la mentira ahora todos debemos demostrar todo lo que decimos con pruebas y tenemos que hacer trámites para demostrar que la prueba que presentamos es verdadera. Triste, y, aparte de eso, a veces bastante engorroso.
 
 
NOVENO MANDAMIENTO


No desearas a la mujer de tu prójimo ni tendrás pensamientos impuros
 
Nada de pensar en ***** a la esposa de tu amigo o tener pensamientos cochambrosos que solo te llevan a la pereza, ambición y lujuria. Con el Noveno Mandamiento, Dios nos pone en guardia contra los peligros del camino que nos pueden atraer y alejarnos de Él y de nuestra felicidad. No consentirás pensamientos y deseos impuros significa: No permitas que nada ni nadie te haga olvidar que estás llamado a ser feliz al lado de Dios. No te estaciones, sigue caminando hasta llegar a tu meta. Por ejemplo, Dios en el matrimonio nos permite ser felices disfrutando de una vida sexual en la que las sensaciones juegan un papel importante. Si somos unas personas normales, es natural que reaccionemos ante los estímulos que se nos presentan en el mundo.
Lo que sentimos y sensaciones, no son malos de ninguna manera. Son prueba de que somos normales Pero, éstos deben ser controlados por la razón. No nos deben hacer esclavos o dependientes. Para no caer en esta falta es importante no andar viendo películas o revistas sucias, no andar de mirón y vestir con decencia.
 
 
DECIMO MANDAMIENTO

No codiciaras los bienes ajenos
 
Si ves a alguien con muchos carros, computadoras, o cualquier qué cosa que tu no tengas, no lo desearas, agradece lo que tú tienes, pues en otros lados no hay ni que comer. El último mandamiento, afortunadamente, se explica solo y tiene menos secretos. Codiciar es desear algo que tu prójimo tiene.


EVANGELIO SEGÚN
SAN JUAN
(JN 13:35,34)
El nuevo mandamiento 
13:31 Entonces, cuando hubo salido, dijo Jesús: Ahora es glorificado el Hijo del Hombre, y Dios es glorificado en él. 
13:32 Si Dios es glorificado en él, Dios también le glorificará en sí mismo, y en seguida le glorificará. 
13:33 Hijitos, aún estaré con vosotros un poco. Me buscaréis; pero como dije a los judíos, así os digo ahora a vosotros: A donde yo voy, vosotros no podéis ir.
13:34 Un mandamiento nuevo os doy

Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros.”

13:35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
 

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